Artículo 607. Siempre por estas épocas están los que quieren enterrar el verano y que están deseosos que llegue el frío y comenzar a sacar la ropa de invierno. Yo soy de los que ama demasiado el verano y hasta inspiro el aire de esta época para expirarlo en invierno porque me da un equilibrio vital.
El otro día hablaba con dos amigos sobre el final del verano y ambos tenían anécdotas sobre los efectos secundarios de tantos días de vacaciones. Uno me contó que cuando llegó a casa tenía muchas cartas acumuladas en el buzón pero lo que más le fascinó es ver que la publicidad sobre gimnasios era irrompible e imposible de trocear.
Y el otro amigo justamente me explicó que el otro día fue a su gimnasio y… Casi os lo cuento después de lo mejor de mi semana:
3er puesto. “Mi último suspiro” De Luis Buñuel. (Taurus) Un interesante libro que a cada página te cambia la buena imagen que tenías del director del fascinante film “Los olvidados”.
2º lugar. “Ahora” Este último cd de Melendi es totalmente adictivo, difícil quedarte con un solo tema pero me entusiasma especialmente la poesía de “Mi código postal”.
1ª posición. “Leave no trace” escrita por Debra Granik y Anne Rosellini. Un film muy bello sobre el camino que debes tomar en cada instante de tu vida. Deberían nominar a la maravillosa Thomasin Mckenzie.
Y mi otro amigo me contó que él entra siempre en el gimnasio a través de su imagen. Una cámara reconoce su rostro y entonces le abre la barrera. Lo curioso es que después de este verano, no sabe si porque su peso subió o porque le pasaron cosas muy intensas, la cámara no le reconocía y no le dejaban pasar.
Me parece fascinante que un verano te cambie tanto que ya no te reconozca la base de datos o que la publicidad para hacer deporte se relacione con tu imposibilidad para romper sus cartas… Por cierto, el verano no acabará hasta diciembre. ¡Feliz miércoles!