Artículo 427. En cada firma de libro te encuentras con dos o tres historias que te acaban llamando poderosamente la atención, sobre todo por cómo te relatan ciertas situaciones.
Yo lo primero que le pregunto a la gente que se acerca es como está y fue curioso que una chica de unos 25 años me dijo que normal. Pero pronunció ese “normal” de una manera extraña. Le repregunté y me contestó que siempre respondía a esta pregunta con un “normal” porque así lo hacía toda su familia. Me contó que tres generaciones de personas de su misma familia habían decidido siempre contestar así, casi 120 años de normalidad…
Era curioso, quise indagar más pero me llegó una segunda historia. Resulta que… Bueno, casi os lo cuento después de lo mejor de mi semana:
3er puesto. “71″ Una maravilla que contiene el mejor ritmo de todo lo que he visto este año. Es como un capítulo de 24 a la europea y con un punto Quentin Tarantino.
2º lugar. “Arias y coros famosos de Opera” (Palau de la música) La Orquesta Estatal de Ucrania me hizo sentir de una manera brutal con ese inicio de “La italiana en Argel”, tenía algo de instante de alma que conmociona el espíritu.
1a posición. “Pasolini” Una de esas genialidades que necesitas tiempo para absorberlas. Poética, musical y llena de una magia difícil de explicar pero fácil de visualizar.
Y volviendo a la segunda historia que se me cruzó fue la que me contó una mujer que me dijo una frase que me entusiasmó, era su mantra personal, algo en lo que siempre creía y que a partir de ahora también forma parte de mi ADN.
Decidió susurrármela al oído: “No existen los errores, son aciertos fuera de contexto”. Y marchó y en su forma de andar se notaba esa seguridad…
Pensé que quizás debería haberse conocido con la chica que decía “normal”. Tengo la sensación que quizás ese normal fuera de contexto significaría otra cosa en realidad. ¡Feliz domingo!