Artículo 443. Tengo un amigo que le encanta el lenguaje, siempre busca como son los dichos en diferentes países. Por ejemplo, la expresión “esto me ha costado un ojo de la cara”. En Estados Unidos se dice “una pierna y un brazo” y en Sudamérica “un huevo y la yema del otro”.
Es interesante como según el país cuando algo es caro equivale a distintas partes del cuerpo. Pero lo más curioso de mi amigo no es la afición al lenguaje sino a lo que se dedica profesionalmente, que es algo muy diferente. Él es… Bueno, casi os lo cuento después de lo mejor de mi semana:
3er puesto. “Melancolía” (Blu-Ray) Sorprendente toda esta historia sobre vivir o morir y de qué manera hacerlo. Ver a Kiefer Sutherland en otro género me hizo desear que vuelva Jack Bauer pronto.
2º lugar. “Els Amics de les Arts” (Teatre Grec) Me entusiasma la felicidad que impregnan a todo lo que hacen. Gran concierto sostenido con una energía soberbia.
1a posición. “Joan Manuel Serrat” (Festival de Peralada) El maestro dio un concierto inolvidable. Al tercer tema mis lágrimas brotaron porque la emoción que impregnó a cada canción era inexplicable.
Y mi amigo se dedica a sistemas de reconocimiento de personas. Me explicó que utilizar la huella digital o la retina del ojo para identificar a la gente está ya muy desfasado. Y que ahora buscan encontrar otras partes que hagan únicas a las personas para identificarlas.
El otro día me relató que habían descubierto algo que hace único a cada persona y curiosamente es la forma de aplaudir. No hay dos personas que aplaudan igual debido a la cadencia, la fuerza, la piel y el tamaño de las manos.
Pensé que sería precioso que algún día los aplausos fueran nuestra seña de identidad. Ni DNI’s, ni huellas ni retinas de ojos. Tan sólo aplaudirías y la gente sabría que eres tú, me parece una manera poética de demostrar la felicidad que llevas en tu interior. ¡Feliz domingo!