Artículo 397. Esta semana cuando viajaba en avión me pasó algo fascinante. Era un viaje transoceánico de casi 9 horas. Y siempre me ha parecido increíble ver como las personas van perdiendo su forma original con la que entran en la nave según van pasando las horas. Además puedes observarlos como duermen, como despiertan y como se entretienen. Siempre he pensado que estas tres cosas dan muchos detalles de las personas y pocas veces tienes oportunidad de conocerlas tan en vivo.
Y allá estábamos rumbo a Estados Unidos, y cuando llegamos fue cuando pasó el hecho fascinante, un hombre de unos 80 años se levantó y fue… bueno, casi os lo cuento después de lo mejor de mi semana.
3er puesto. ”Caetano Veloso” (Fillmore Miami Beach) Uno de esos conciertos que perdurará para siempre en mi memoria. Poesía mezclada con dolor que susurraba ternura.
2º lugar. “Aladdin” (New York) Un excelente musical que te lleva a recordar al maestro Robin Williams, no hay duda que la esencia de ese genio perdura en cualquier historia que tocó con su magia. Y su muerte nos ha hecho amar más la vida.
1ª posición. ““Joe” Hacía tiempo que no me dolía tanto ver una película. Escuece y te apasiona a partes iguales. Bebe del mismo lugar que esa obra maestra que fue Boys Don’t cry.
https://www.youtube.com/watch?v=1p8_rEOvUvw
Y volviendo al pasajero, cuando aterrizamos fue uno por uno a cada persona que estábamos en el avión y nos dio la mano. En inglés nos agradecía el tiempo que habíamos compartido juntos. Su felicidad era tan real que la gente al principio sufría por ese contacto físico inesperado pero al final todos le dedicamos un aplauso de casi 5 minutos.
No tengo duda que ese pequeño gesto, esa mano a cada pasajero nos hará recordar ese viaje para siempre. Y es que creo que el contacto físico escasea tanto que cuando aparece conmociona de forma brutal. ¡Feliz domingo!