Artículo 414. El otro día leí un artículo sobre el Doctor Nakamats que es un inventor japonés que tiene 86 años. Él dice que inventó el diskette de ordenador dos décadas antes que IBM, pero que un acuerdo con la multinacional hizo que no se llevara el mérito.
También se autoadjudica el invento del taxímetro, el karaoke y el reloj digital. No se sabe si es verdad del todo pero para mi lo increíble del Dr. Nakamats no son sus inventos sino la forma en que busca la creatividad. Resulta que él… Bueno, casi os lo cuento después de lo mejor de mi semana:
3er puesto. “El gran hotel Budapest” Imaginativa, poética y repleta de unas imágenes intangibles pero que sé que con los meses, sus recuerdos explotarán dentro de mi.
2o lugar. “Las cuatro estaciones de Vivaldi” (Palau de la Música) Uno de esos conciertos que al verlo en estos primeros días del año me condicionará los 12 meses a ese mismo ritmo de los temas del Barroco.
1a posición. “Tom Ripley” de Patricia Highsmith (Ediciones Anagrama) Colocar los 5 títulos sobre Ripley en una misma colección y con un cuidado tan extremo en todos los detalles hace que este volumen sea una increíble pieza de coleccionismo.
Y volviendo al Dr. Nakamats, él busca la creatividad de una manera curiosa. Desde hace 40 años solo hace una comida al día y la fotografía. Así cuando tiene una buena idea sabe que comió ese día y cual es el alimento que produce más creatividad. También nada diariamente e intenta quedarse casi sin aire porque dice que el exceso de oxigeno bloquea la creatividad.
Es curioso porque a través de esas dos estratagemas ha llegado a ser el inventor del mundo con más patentes registradas: 3500. Y lo mejor es que en todas las fotos desprende una gran felicidad. Y es como decía Jean. Paul Sartre: “Felicidad no es hacer lo que uno quiere sino querer lo que uno hace”. ¡Feliz domingo!