Artículo 540. Esta semana he conocido a tres personas que tenían mantras. Frases que se repetían una y otra vez para que pasaran cosas o para que no ocurriesen. Me encanta cuando descubro el poder de la palabra que consigue que los hechos sucedan o se desvanezcan.
Todos tenemos mantras. Esos conceptos que nos repetimos interiormente para sentirnos mejor. No es nada religioso ni místico, yo diría que es generacional. Seguramente proviene de tus padres, de tus abuelos o de cualquier persona que te educó durante un tiempo.
Yo en los primeros dos años de vida a mis sobrinas les susurraba cada día: “Podéis ser lo que queráis ser”. Espero que dentro de unos años, ese mantra resida en su ADN sin casi ellas saberlo. Pero os quiero contar el mantra de una señora maravillosa de 90 años que conocí el otro día. Su mantra era… Casi os lo cuento después de lo mejor de mi semana:
3er puesto “Es tan difícil dejar de pensar” de Patxi Andión. Dentro del álbum Porvenir brilla con voz propia este tema que resume toda la maestría y las excelentes letras del gran Andión.
2º lugar. “Late motiv” (Zero) Lo que reí el otro día cuando despedían a Berto. Creo que la energía que se creó entre Buenafuente, Berto y todo el equipo fue épica. Consiguieron un plano secuencia mítico repleto de humor.
1ª posición. “Vadim el pirata” de Raquel Acosta y Adrián Fuentes (Saralejandria ediciones) Un libro infantil lleno de energía. Te entretiene con los bellos dibujos y te ayuda con el texto a entender la lucha de los niños con cáncer. Te hace feliz instantáneamente.
Y el mantra de aquella fascinante mujer de 90 años era: “La felicidad es dormir sin miedo y despertar sin angustia”. Me relató en la última firma de libros que la repetía cada noche cincuenta veces y así podía dormir tranquila y en paz. Dejó las pastillas químicas y las manzanillas naturales, esa frase le traía la paz. ¡Feliz lunes!