Artículo 452. Cada poco tiempo aparece una noticia sobre alguien que desea morir y las leyes le prohíben esa muerte digna. Cada vez que la leo, no me puedo creer la injusticia tan grande que se permite.
Creo que a todos los que hemos tenido cerca a alguien que deseaba una muerte digna y a su manera, nos parece insultante que tenga que mendigar por ese final justo.
Siempre recuerdo las palabras que aprendí en el hospital de pequeño… Me las enseñó un sabio compañero de habitación que decía… Casi os lo cuento después de lo mejor de mi semana:
3er puesto. “Mozart in the jungle” Una de esas series geniales de 24 minutos que son adictivas. Estupendo ver el día a día de una orquesta y ese inspirado Gael García Bernal.
2º lugar. “Joshua Bell y el Bolero de Ravel” (Auditori) Las palabras dedicadas al Maestro Oltra fueron el inicio de una velada increíble rematada por ese bolero colosal.
1a posición. “Carmina Burana” (Palau de la Música) La Orquestra Simfònica del Vallès demuestra que está en plena forma. Todo el concierto fue un absoluto apogeo lleno de una ternura inconmensurable.
Y mi compañero de habitación siempre decía que no es triste morir, lo que es triste es no vivir intensamente… Y es que en el hospital cuando moría alguien, siempre creíamos que aquel héroe en realidad distraía al cáncer para que nos salváramos dos o tres…
Por ello no acabo de comprender cuantas veces ha de demostrar alguien que es valiente para que le dejen vivir y morir con esa valentía. La muerte digna es un derecho que se ganan esos héroes que luchan durante años contra enfermedades complicadas o contra futuros dolorosos e infames que no tienen consonancia con la forma valiente que han vivido.
Las leyes jamás deberían prohibir morir a los valientes de una manera justa y digna porque esos héroes se merecen morir como desean y no de la manera que los cobardes dictan.