Artículo 272. Mañana es uno de mis días favoritos del año. Sobre todo porque se respira un aire de felicidad y de pasión que lo hace absolutamente único.
Además siempre he pensado que es mágico, te puede pasar todo lo que desees. Para mi, el año pasado fue un Sant Jordi muy especial y no porque firmase muchos libros sino por un instante con una lectora que me hizo un regalo fascinante.
Recuerdo que rondaba los 72 años y me dijo… Bueno, casi os lo cuento después de lo mejor de mi semana,
3er puesto. “Ibiza 1950” de Català i Roca. Preciosas fotografías de una época ya pasada que el propio Camus define como: “tiempo de deseo sin objeto…”
2a posición. “Venganza (Taken)” Liam Neeson impregna a su personaje de una falta de sentimientos excepto el amor por su hija y ese cariño le da un carisma brutal.
1er lugar. “Marina Rossell” (Palau de la Música) Su disco a Moustaki respira tanto amor que su concierto se contagió de esa pasión. Precioso su baile con el maestro Paco Ibáñez.
Y volviendo al regalo fascinante que recibí. La señora en lugar de tenderme mi libro, me mostró otro de un autor francés y que estaba muy subrayado.
Me dijo que me lo regalaba, que era el último libro que su padre estaba leyendo antes de morir. Una lectura que le apasionaba y que le pidió que si el no lo llegaba a acabar encontrase a alguien que lo hiciera por él.
Y un año más tarde la hija cumplió su promesa. Me lo regaló para que yo completara su lectura en el punto que él se quedó. Fue emocionante que me eligiera pero sobre todo completar una lectura iniciada por otro que nos dejó…
A veces he pensado donde van los regalos que no se dan, los te quiero que no se pronuncian pero jamás había imaginado que pasaba con los libros que no se pueden acabar porque nuestra vida nos abandona… Ahora ya lo sé… El poder de los lectores fieles… ¡Feliz Sant Jordi lleno de pasión!