El capítulo 8 es uno de mis episodios favoritos de la primera temporada. Me entusiasma la intensa lucha de Lleó por conseguir una buena pierna ortopédica. Y es que como él dice: “Ya se lo que es perder una pierna, ya perdí una, ahora lucharé por esta otra”. Su lucha y los segundos primeros pasos me continúan emocionando cada vez que los veo. Y es que existe la tristeza por perder una pierna, pero también la alegría extrema por recuperarla. Aunque la que consigas sea de titanio, hidráulica o electrónica…
Y es que siempre he pensado que tenemos la mala suerte de no recordar nuestros primeros pasos. Tan sólo los recuerda la gente que nos lo vieron hacer. Pero cuando pierdes una pierna, jamás puedes olvidar esos segundos primeros pasos… Esos no los olvidas… Una pérdida que se acaba convirtiendo en una ganancia…
Y es que este capítulo va sobre pérdidas y ganancias. Como dice Roc: “Puedes perder muchas cosas en esta vida y ni te imaginas las ganancias que se encierran dentro de esas pérdidas”.
Este episodio está basado en dos capítulos de mi libro El mundo Amarillo. El primer capítulo: “Las pérdidas pueden ser positivas”, y el séptimo: “Existen siete consejos para ser feliz”.
Y es que tuve la suerte de conocer a un compañero de habitación en el hospital que me habló de las siete leyes para ser feliz. Era un gran hombre que había vivido muchas vidas y que siempre tenía una sonrisa perpetua. Creo que conocía bien la felicidad porque él no paró de buscarla… Cuando murió, sentí como aquellas palabras, como aquellas leyes de las que tanto me habló y hasta me hizo redactar en un papel, cogían fuerza dentro de mí.
Este capítulo me encanta sobre todo porque tres de los pulseras tienen tramas bien diferenciadas… En una de las tramas, Jordi intenta mantener unida a su familia a través de sus éxitos escolares. Me emociona como se pelea con su padre, como le dice: “No sirve de nada ser un buen hijo, porque tú ya no eres un buen padre”.
Y también me encanta cómo desea que su padre le dé la noticia que le debe comunicar en un espacio abierto. Y es que a veces, cuando estás enfermo, echas de menos los espacios abiertos. Ya que, al final casi, todas las malas noticias te las dan en espacio cerrados, cuando deberían notificártelas en espacios abiertos donde pudieras gritar, respirar, sentir…
Y también me entusiasma cuando se lo cuenta a Cris y acaba recibiendo su primer beso, y justo después el segundo. Y es como he comentado antes, jamás te imaginas lo que te puede traer una pérdida.
Ignasi es otro de los pulseras que lucha en este capítulo. Se topa con otro hombre sabio, el Dr. Alfredo. En ese médico he intentado plasmar a mi viejo compañero de habitación que conocía las siete leyes para ser feliz… Y también la figura de un doctor que, cuando nos sometían a una prueba interna, nos hacía ver que teníamos suerte porque podríamos conocer nuestro cuerpo por dentro… Nuevamente otra pérdida se convertía en ganancia. Y os puedo asegurar que verte por dentro es absolutamente increíble…
Y finalmente tenemos a Lleó… Su lucha por encontrar su pierna, la partida de póquer, la pérdida, la ganancia y los segundos primeros pasos… Me gusta mucho como está filmada la partida de póquer. Me entusiasma lo que explica Roger de su padre, de cómo lo veía jugar cuando era pequeño. Hay mucha admiración, mucha tristeza, mucha pérdida…
Me gusta este capítulo, me emociona de verdad, puede que por eso sea uno de mis favoritos…
Mi secuencia favorita: La conversación entre Jordi y Cris. También la partida de cartas y la rabia de Jordi hacia su padre. Y finalmente, como he comentado antes, los primeros segundos pasos y ese momento final donde nuevamente la ganancia y la pérdida se mezclan…. Volver a caminar con dos piernas y seguidamente ver que una mano se acerca a otra… Cris… Jordi… Lleó…
La mejor frase: Jordi diciendo: “Me siento sólo”. La cara de Lleó cuando dice: “Por si suena la flauta”, y su afirmación “Esta pierna es todo lo que un niño cojo podría querer”.
Y nuevamente agradeceros tanto cariño en las redes sociales… Pulseras arriba!!!