Deseo que os haya gustado este último capítulo. Yo lloro mucho cuando lo veo, me emociono y sonrío con el final cuando Roc pide ser el líder. Me gusta mucho también el plano final elevándose de este hospital. No sé si lo recordaréis, pero la serie comenzaba con un plano parecido desde arriba que se acercaba al hospital… De alguna manera este final cierra el círculo, al principio la cámara bajaba hacia este hospital donde no sabíamos qué nos encontraríamos, y en el último capítulo la cámara se vuelve a ir.
Es un capítulo que habla sobre arriesgarse. Todos los pulseras rojas se arriesgan.
Roc se arriesga y lucha contra su gran miedo. Y allá están sus amigos esperando que regrese. Todos con los ojos cerrados, como Roc ha estado siempre; y finalmente Roc reaparece con los ojos abiertos. Este es un momento que me emociona, que me recuerda muchas cosas y que me hace feliz. Yo también tenía ganas de que Roc volviese. Y es que cuando escribes, te cuesta incluso dejar a un personaje como Roc tanto tiempo en coma. Deseas despertarlo y luchas contigo mismo para que eso no ocurra.
Lleó lucha contra sus sentimientos, contra lo que siente y lo que debe de sentir. Lucha contra que lo quieran sabiendo que puede morir. Porque a veces en el hospital tienes miedo de que te quieran, de dejarte querer. Sabes que quizás tu estancia en este mundo no será muy larga y no quieres dejar a nadie entristecido. Pero a falta de un Benito que le haga reaccionar, aparece el gran Mercero… Homenaje a mi amigo Antonio Mercero, director de Planta 4ª y también padre de muchos hijos. Me encanta que este celador lleve este apellido, poca gente me ha enseñado tantas cosas como Antonio y este homenaje es pequeño en comparación a todo el cariño que me ha dado. Y el personaje de ficción, el celador, le habla de que le admira, le habla de arriesgarse, de ser un “león”.
Jordi también arriesga, volverá a la calle, volverá a la vida real y, como él dijo, no es fácil no tener pierna en la vida real y encontrará a amigos que no le han ido a ver, cosas que no podrá hacer, gente que le mirará de manera extraña. Pero Jordi es mucho Jordi y tengo ganas de saber cómo lo afrontará. Tengo ganas de ver cómo vive fuera de este hospital habiendo perdido a Cris y una pierna. Pero es el segundo líder y tiene fuerza… Y siempre tendrá buen rollo con el líder.
Y es que cuando dejas a un compañero de habitación, estás dejando a un hermano de hospital. Me emociona cuando le regala naranjas y los libros de bolsillo, le deja todo lo que tiene, lo que sabe que tiene valor, que con ello puede conseguir otras cosas… Es un gesto que le honra, que demuestra cuánto le quiere.
Al igual que Toni, el gran Toni, dándole su silla a Roc. En su día le dio la voz, hizo de su portavoz, ahora le da el transporte. Me encanta la relación de amistad Roc-Toni: cómo se ayudan, cómo se escuchan, cómo se respetan.
También me emocionan las frases finales entre Lleó y Cris. Ese “quizá la próxima vez”… Pero antes de que llegue a este momento, pasaremos por la entre Lleó y Benito.
Cuando Lleó sugiere crear un nuevo grupo de pulseras y Benito le replica: “Lleó, ve a despedirte…” me emociona que no llore, aunque nosotros sí que lloramos escuchándolo. Y la emocionante carrera final con los Lax’N’Busto cantando “Que boig el mon” (“Qué loco el mundo”) y viendo imágenes de todos los capítulos, incluso de Ignasi… Y es que Ignasi está dentro de ellos, un 0’20 reside en cada uno de ellos.
Y es que esta serie habla de magia también. Creo que Ignasi está dentro de ellos, que Bru es un vampiro, que Toni habla con Roc, que existen piscinas-limbo, que hay niños que son ángeles de la guarda; niños que hacen que el Sr. Benito quede en coma para que se acabe encontrando con un chico como Roc para que le pueda dar unos consejos y conseguir que vuelva. Aquella sonrisa de Alex al final del capítulo doce era la alegría de saber que su plan de juntar a Benito y a su Roc estaba saliendo bien… Y es que yo creo que Àlex es el ángel de la guarda de Roc.
Y puede ser, como dice Toni, que a su ángel de la guarda no le gusten los hospitales y por eso no tiene tanta suerte… Me encantan las reflexiones de Toni.
Y, sobre todo, creo que ninguno de ellos nunca se quitará las pulseras. Estoy seguro que en la segunda temporada les veremos con las pulseras en la muñeca. Y como ellos dicen al final: “Tengo la sensación que volveremos a estar todos juntos…” Y es que ellos son amarillos, y este capítulo está basado en lo que es ser un amarillo de mi libro El mundo amarillo. Los amarillos son una evolución de la amistad, no hace falta llamarse por teléfono, ni verse muy a menudo, pero cuando vuelves a estar junto a ellos, notas que nada ha cambiado. Y volveremos a hacer Pulseras Rojas y nos reencontraremos con vosotros, el público de esa serie, y que sois nuestros amarillos.