Artículo 333. El otro día conocí a una persona que me contó algo curioso. Superaba los 33 años pero siempre que va a un hotel debe mirar bajo la cama para asegurarse de que no hay nadie. Él sabe que tiene algo de trauma personal pero opina que es un leve gesto que le permite dormir tranquilo. Él dice que todo el mundo mira bajo la cama al marchar del hotel para comprobar que no haya quedado ningún objeto escurridizo… Y que él lo hace al llegar….
Me pareció una bonita historia que casi olvido hasta que la semana pasada fui a un hotel y… Casi os lo cuento después de la semana…
3er puesto. “La Palabra encendida” de César Manrique. Poesía que te toca el alma y te lleva a su Lanzarote con frases en forma de estacas que te atan a la tierra.
2a posición. “Un invierno en la playa” El mundo de la escritura, de la frustración y de la necesidad… Todo redondeado con esa preciosa puerta final…
1er lugar. “Atraco, paliza y muerte en Agbanäspach” (TNC) Nao y Marcel sorprenden y buscan la sinceridad del teatro utilizando esas herramientas que dominan tanto… La sorpresa final es fantástica y repleta de verdad…
Y volviendo al hotel que visité esta semana… En la televisión estaba puesto un canal que parecía que no emitía señal, pero cuando lo miré de cerca vi que estaban mostrando algo fijo y estático… Y cuando leí la lista de canales, vi que en el 33 ponía: “Bajo cama”.
Y me fasciné, en aquel hotel habían instalado una web cam bajo tu cama para que no debieras agacharte antes de marchar… Observé aquel canal un tiempo largo, luego pensé en mi amigo buscador de “cocos” y le escribí: “He encontrado tu hotel ideal…”
Al marchar de allí, no me agaché, puse el canal y en la pantalla observé que en medio de ese suelo estaban mis llaves que diría que se habían escurrido para buscar un poco de atención… ¿No es lo que hacemos todos?… ¡Feliz domingo!