Artículo 421. Volviendo de Roma a Barcelona escuché dos frases en el avión. Me entusiasma cuando las conversaciones ajenas se cuelan por tus oídos, deseosas de que las escuches.
Una mujer le hablaba a un desconocido sobre el mar unas seis filas adelante. Y como una leve ola llegó esta frase que dijo ella: «El mar de tu ciudad natal jamás lo consideras mar. Debes viajar para admirar el mar…»
Creo que tiene razón, uno mismo no acostumbra a hacerse fotos en la playa de su ciudad natal… La otra frase llegó cuando casi aterrizábamos… Casi os lo cuento después de lo mejor de mi semana:
3er puesto. “Selma” Brutales todas las escenas que transcurren en el puente y la maravillosa canción que duele tan sólo de escuchar los primeros acordes.
2º lugar. “Reparar a los vivos” de Maylis de Kerangal (Anagrama) Me entusiasma ese cardiólogo que no deja de cantar mientras trasplanta corazones. Poesía, verdad y ternura a raudales.
https://www.youtube.com/watch?v=VeW-fukkp3M
1a posición. “Le chant du rossignol / Carmina Burana” (Opera de Roma) Un espectáculo donde cada movimiento tiene un significado para tu alma. Estupenda danza en uno de los lugares más bellos de Roma.
Y la segunda frase que escuché en el avión provenía de dos jóvenes que también se acababan de conocer. Uno llevaba una aparatosa cicatriz en una de las manos en la que le habían puesto diez o doce puntos de sutura.
Le explicaba al desconocido lo que había disfrutado con un concierto: «Es tan increíble como toca el piano que no pude más que aplaudir a rabiar cuando acabó. Aplaudí tanto que me saltaron 8 de los 12 puntos. Pero no importa, se lo merecía…»
Saltarte los puntos de sutura me parece la medida perfecta para medir cuanto se goza con un espectáculo. Eso es pasión. Deberíamos implantarlo como termómetro del éxito.
Deseé que el chico de los puntos conociese a la mujer de los mares natales… Creo que hubiera salido una buena conversación… ¡Feliz domingo!