RECUERDOS DE MEMORIA

Ama tu caos. Ama tu diferencia. Ama lo que te hace único. Ama tu caos. Ama tu diferencia. Ama lo que te hace único. Ama tu caos. Ama tu diferencia. Ama lo que te hace único. Ama tu caos. Ama tu diferencia. Ama lo que te hace único. Ama tu caos. Ama tu diferencia. Ama lo que te hace único. Ama tu caos. Ama tu diferencia. Ama lo que te hace único. Ama tu caos. Ama tu diferencia. Ama lo que te hace único. Ama tu caos. Ama tu diferencia. Ama lo que te hace único. Ama tu caos. Ama tu diferencia. Ama lo que te hace único. Ama tu caos. Ama tu diferencia. Ama lo que te hace único.

Artículo 664. Me gustan los recuerdos de memoria, aquellos instantes de los que no hay fotos, no hay ningún tipo de videos y tan sólo se basan en la esencia de lo que pasó transformado por los años.

A todos nos gustaría recordar aquellos momentos especiales que marcaron parte de nuestra vida y poderlos volver a recordar nítidamente, pero el cerebro los transforma. A veces los hace más míticos y otras les resta protagonismo.

Mi padre siempre me hablaba de cuando conoció a Elvis Presley en Berlín. Hablaron durante un rato en el aeropuerto. Nunca hubo foto ni video de ese instante, pero la verdad que supuraban las palabras siempre lo hizo más intenso…

Yo recuerdo siempre una cena donde aprendí mucho de cine y de la vida. Fue en Vitoria después de una entrega de premios… Casi os lo cuento después de lo mejor de mi semana:

3er puesto. “Amb els teus ulls” (BTV). Sensacional programa donde una chica ciega descubre pequeños mundos a través de unos ojos ajenos.


2º lugar. “Pavarotti” escrita por Matt Monroe. Excelente documental de Ron Howard sobre las pasiones de ese increíble tenor. Lo mejor es ver su dolor en estado puro y como lo canalizó en su arte.


1ª posición. “El crack cero” escrita por José Luis Garci y Javier Muñoz. Una maravillosa película de las que ya no existen. Carlos Santos y Pedro Casablanc hipnotizan con cada uno de sus soberbios diálogos.


Y en aquella cena en Vitoria premiaron a mi amigo Antonio Mercero con el que acabábamos de hacer Planta 4ª. Le dio el premio Alfredo Landa, José Sazatornil y Juan Luis Galiardo.

La cena posterior con aquellos cuatro grandes fue un cúmulo de anécdotas divertidas donde tan sólo escuché. Ellos repasaron el mundo del cine, sus pasiones y sobretodo su dolor y sus pérdidas. Aprendí mucho aquel día de la vida.

No hay foto, no hay video y ya tan sólo quedo yo vivo de los cinco pero os puedo asegurar que lo mejor de los buenos recuerdos es que cierras los ojos, sonríes y puedes volver siempre que quieres. ¡Feliz lunes!

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