SINCRONIAS HORARIAS

Ama tu caos. Ama tu diferencia. Ama lo que te hace único. Ama tu caos. Ama tu diferencia. Ama lo que te hace único. Ama tu caos. Ama tu diferencia. Ama lo que te hace único. Ama tu caos. Ama tu diferencia. Ama lo que te hace único. Ama tu caos. Ama tu diferencia. Ama lo que te hace único. Ama tu caos. Ama tu diferencia. Ama lo que te hace único. Ama tu caos. Ama tu diferencia. Ama lo que te hace único. Ama tu caos. Ama tu diferencia. Ama lo que te hace único. Ama tu caos. Ama tu diferencia. Ama lo que te hace único. Ama tu caos. Ama tu diferencia. Ama lo que te hace único.

Artículo 582. Me entusiasman las casualidades. Yo soy de los que creo que esas sincronías que misteriosamente rompen la ley de las probabilidades significan algo.

A mi siempre me ha quedado en la memoria aquella casualidad que pasó un 1 de marzo de 1950 en un pueblo de Nebraska donde los 15 componentes del coro quedaban siempre a las 19:20 para ensayar y justo ese día llegaron todos 10 minutos tarde. La caldera de su local estalló a las 19:25 y todos se salvaron gracias a la impuntualidad. La probabilidad que todos llegaran tarde era de una entre un millón.

Pues siguiendo con esas coincidencias horarias, ayer me contaron una igual de curiosa. Casi os lo relato después de lo mejor de mi semana:

3er puesto. “Loreak” escrita por Aitor Arregui, Jon Garaño y Jose Mari Goenaga (A contracorriente films. Blu-Ray) Esta maravilla que transpira cotidianidad es un homenaje a las personas que quizás no expresan sus sentimientos pero que consiguen invadir tu alma.


2º lugar. “Vivir en el agua” (Editorial Phaidon) Leer este delicioso libro equivale a instalarte en una paz submarina porque cada página te regala una brazada de oxígeno.

1ª posición. “Thelma” escrita por Eskil Vogt y Joachim Trier. Un prodigio de película que habla de la incomunicación de padres e hijos y de la búsqueda de tu identidad sean cuales sean tus orígenes.


Y lo que pasó es que ayer le cambiaban la pila de marcapasos a la abuela de un buen amigo y estaba toda su familia reunida excepto la nieta mayor que estaba esperando dar a luz en otro hospital.

La casualidad hizo que a la hora exacta que a la abuela le cambiaban la pila que le permitía vivir 10 años más con el marcapasos, la nieta daba a luz. A la misma hora y en el mismo minuto, bisnieta y bisabuela sincronizaron sus latidos en este mundo.

Sonrío al imaginar que eso tiene que ver con que ambas estarán acompasadas latiendo al unísono el resto de sus vidas. ¡Feliz lunes!

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