Artículo 437. Y el otro día cogí un taxi y la taxista era una chica increíble con una energía de aquellas capaces de cambiar el Universo de sitio. Le habían practicado una traqueotomía y por ello tenía un pequeño hueco en el cuello, pero para ella era como si tuviera un segundo ombligo y así se lo contaba a sus hijas pequeñas.
Me encantó ese segundo ombligo a la altura de la nuez. Pero lo que me acabó de entusiasmar fue la alergia que poseía. La mía es al aire acondicionado y la suya me pareció totalmente más extraordinaria. Resulta que… Bueno, casi os lo cuento después de lo mejor de mi semana:
3er puesto. “La caída (Memorias de un padre en 425 pasos)” de Diogo Mainardi (Anagrama) Paso a paso, este libro diferente te enamora y te toca el esófago hasta romperlo y reconstruirlo.
2º lugar. “Potere y Pathos” (Palacio Strozzi. Florencia) Una exposición increíble, en el que destaca ese cupido descansando después de una jornada intensa de trabajo. Brutal.
1a posición. “It follows” Es una de esas películas que amas u odias. Como a mi no me apasiona el terror, la amé con locura. Habla de todo lo que significa crecer y confiar en el mundo.
https://www.youtube.com/watch?v=GlcSLsRdCm8
Y volviendo a su alergia, me contó que ella no podía soportar el olor a nuevo, era algo químico. Por lo que era alérgica a los coches con olor a nuevo, los libros recién comprados y hasta a cualquier prenda si no tenía un tiempo. Todo lo que era absolutamente nuevo le producía una reacción en su cuerpo en forma de sarpullido y estornudos. Por ello, siempre intentaba encontrar cosas que le gustasen pero que fueran usadas. Su propio taxi tenía 3 años, a partir de ese tiempo, la alergia se desactivaba.
No tuve dudas cuando abandoné el taxi que aquella chica era una metáfora de lo que debería ser el mundo. Debo confesar que su segundo ombligo era absolutamente perfecto y reflejaba ese espíritu de reciclaje usado que ella abanderaba. ¡Feliz domingo!